Para el 1er hábito, elegí a Thomas Alva Edison como un ejemplo de persona proactiva por los descubrimientos que hizo durante su vida, los cuales aun en la actualidad han abierto puertas para nuevas invenciones. A él atribuimos el inicio de una etapa de adelantos tecnológicos gracias al descubrimiento de la bombilla eléctrica.

A lo largo de su vida realizó múltiples investigaciones y experimentos sin éxito aparente, pero él siempre creyó que cada fracaso era un éxito porque aprendía una manera de “no hacer las cosas” y eso lo acercaba más a la solución.

En el 2do hábito hay muchas cosas que aprender, pues representa un factor de éxito. Para cualquier área. Es necesario saber cual es el objetivo al que queremos llegar para decidir el camino a tomar. Lo que me pareció más interesante e importante del segundo hábito es la idea de basarse siempre en los principios y valores para definir la misión personal y entonces crear un proyecto de vida.

En el mismo ejemplo de Edison podemos identificar la importancia de la misión personal. De no haber tenido un objetivo preciso, Thomas Alva Edison nunca se habría dado cuenta del momento en que logró su objetivo o qué tan lejos estaba de él.

Personalmente, considero que normalmente me encuentro en el cuadrante II, porque a lo largo de mi vida he ido aprendiendo a identificar lo importante y urgente para mi vida. Sin embargo, en ocasiones me veo absorbida por el ambiente que me rodea y caigo en el primer cuadrante.

Para llegar a la aplicación del 3er hábito, es necesario identificar los dos primeros, es por eso que ser proactivo, definir la misión personal y buscar el autodominio son esenciales para mantenerse en el cuadrante II.